Masaje Circulatorio para Mayores

El masaje circulatorio es una técnica muy beneficiosa para las personas mayores, ya que ayuda a mejorar la circulación sanguínea y linfática, lo que a su vez impacta positivamente en su bienestar general y calidad de vida. Con el envejecimiento, es común que la circulación se ralentice, lo que puede provocar diversas molestias y problemas de salud.


Beneficios del masaje circulatorio en personas mayores

Los masajes circulatorios ofrecen una amplia gama de ventajas para los adultos mayores:

  • Mejora de la circulación sanguínea y linfática: Esto facilita el transporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos y órganos, y ayuda a la eliminación de toxinas y desechos metabólicos.
  • Alivio de piernas cansadas, hinchazón y dolor: Es especialmente útil para quienes sufren de pesadez, calambres o edemas en las extremidades inferiores.
  • Prevención de problemas circulatorios: Contribuye a prevenir la aparición o el empeoramiento de varices y arañas vasculares.
  • Reducción de la fatiga: Al mejorar el flujo sanguíneo, se reduce la sensación de cansancio en las piernas y en el cuerpo en general.
  • Relajación muscular y alivio de tensiones: Ayuda a liberar la tensión acumulada en los músculos, promoviendo una sensación de bienestar y relajación.
  • Mejora de la flexibilidad y el movimiento: Al relajar los músculos y aumentar la circulación, puede contribuir a una mayor movilidad.
  • Fortalecimiento del sistema inmunológico: La reducción del estrés y la mejora de la circulación pueden optimizar la función inmunológica.
  • Mejora de la calidad del sueño: La relajación que produce el masaje puede favorecer un descanso más reparador.

Técnicas y consideraciones

El masaje circulatorio para personas mayores debe ser suave, rítmico y lento, adaptándose siempre a la sensibilidad y condiciones de cada individuo. La dirección de los movimientos es fundamental: siempre deben ser centrípetos, es decir, en dirección al corazón, para facilitar el retorno venoso y linfático.

Algunas técnicas comunes incluyen:

  • Acariciamientos suaves (efleurage): Movimientos largos y superficiales que inician y terminan la sesión para relajar y preparar la piel.
  • Fricciones: Movimientos circulares o longitudinales con presión moderada para calentar los tejidos y mejorar la circulación local.
  • Amasamientos (pétrissage): Consisten en tomar, levantar y presionar los músculos suavemente para liberar tensiones y estimular el flujo sanguíneo.
  • Presiones deslizantes: Aplicación de presión suave y constante mientras se deslizan las manos a lo largo de la extremidad.

Es recomendable utilizar aceites o cremas para facilitar el deslizamiento de las manos y nutrir la piel, que en las personas mayores puede ser más frágil.



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